Existen varios tipos de insulina disponibles que varían en la rapidez con que actúan y el tiempo que pueden controlar el azúcar en la sangre. Con frecuencia el médico puede recomendarte la combinación de más de un tipo de insulina. Para determinar qué tipos de insulina necesitas y cuánto necesitas, el médico considerará factores como el tipo de diabetes que tienes, tus niveles de glucosa, cuánto fluctúa tu nivel de azúcar en la sangre durante el día y tu estilo de vida.
Los tipos generales de terapia de insulina incluyen los siguientes:
Insulina de acción prolongada, ultraprolongada o intermedia. Cuando no estás comiendo, el hígado libera glucosa para que el cuerpo tenga energía todo el tiempo. La insulina de acción prolongada, ultraprolongada o intermedia ayuda al cuerpo a utilizar esta glucosa y evita que los niveles de glucosa suban demasiado.
Ejemplos de estas insulinas son glargina (Lantus, Basaglar, Toujeo), detemir (Levemir), degludec (Tresiba) y NPH (Humulin N, Novolin N). Estas insulinas funcionan entre 8 y 40 horas, según el tipo.
Insulina de acción rápida o corta. Estas insulinas son ideales para prevenir los picos de azúcar en la sangre después de comer. Comienzan a funcionar mucho más rápido que las insulinas de acción prolongada o intermedia, a veces en tan solo tres minutos. Pero trabajan por un período de tiempo mucho más corto, en general de dos a cuatro horas.
Ejemplos de estas insulinas incluyen aspart (Novorapid), glulisina (Apidra), lispro (Humalog) y regular (Humulin R, Novolin R).
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